Esta actividad es posible gracias al apoyo generoso del Fondo Gretel Wernher y a la organización de nuestra Escuela de Posgrados de la Facultad de Artes y Humanidades.
Este fruto clásico se ha madurado durante largo tiempo y es un joven terso constituido con solidez a partir de un trabajo arcaico colaborativo y continuado. Por ello, me despido hasta el siguiente martes con la prístina reflexión de Plutarco sobre la belleza y actualidad del clásico: Dicen que un día Zeuxis, al oír al pintor Adatarco presumiendo de hacer sus pinturas con rapidez y facilidad, dijo: ”Yo en cambio con mucho tiempo”. Y es que la facilidad y rapidez en la ejecución no confiere a la obra solidez permanente ni belleza perfecta, sino que es el tiempo empleado a cuenta por el trabajo para la creación, el que da en pago la resistencia en la conservación de lo creado. Por eso también son más admiradas las obras de Pericles, porque para mucho tiempo se hicieron en poco. Pues en belleza, cada una era entonces ya antigua, pero en frescura todavía está hoy nueva y como recién hecha. Así siempre florece en ellas cierto aire nuevo que mantiene su aspecto intocable por el tiempo, como si estas obras tuvieran mezclado un aliento siempre joven y un espíritu que no envejece. Plutarco, Vida de Pericles 13, 1-5. Traducción de Aurelio Pérez Jiménez.
Hasta el martes, |